lunes, 21 de julio de 2008

Mal vocabulario en el Párvulo

Advierten que preescolares tienen vocabulario pobre y no articulan bien las frases

Los expertos culpan a la TV y al poco tiempo que los padres tienen para conversar con sus hijos.

Katerinne Pavez

Que los niños de hoy son diferentes ya es una frase conocida. Sin embargo, los alcances de estas diferencias aún no han sido lo suficientemente explorados.

Uno de estos cambios es que, a pesar de estar expuestos a múltiples estímulos, los preescolares están hablando menos que antes, lo que los deja en un peor pie para ingresar a la enseñanza formal.

Un fenómeno que parece globalizado. En Inglaterra, según estadísticas gubernamentales, el 7% de los niños de cinco años que llegan al primer año escolar no son capaces de hablar con oraciones completas, cifra que llega al 50% entre quienes tienen una situación socioeconómica desaventajada.

Esto también ha alcanzado a Chile. Si bien no hay un estudio sobre toda la población, hay investigaciones acotadas que permiten reflejar la magnitud del problema.

Según un estudio de la Fundación Educacional Arauco, en 2001, con preescolares de esa provincia de la Octava Región, el 44% de los niños tenía más de seis meses de retraso en su vocabulario con respecto a su edad.

Eran menores sin problemas de aprendizaje (presentaron normalidad en los test previos de ingreso). Más bien, la medición estaba dando cuenta de una pobreza de lenguaje verbal.

Otras investigaciones dan cuenta de que el fenómeno se mantiene en la etapa escolar. Según una investigación de tesis de la U. de Valparaíso, entre 31 niños de segundo año básico de Maipú, el 60% de los escolares presentaba dificultades semánticas (número de palabras que conocían, relaciones de analogía, como "el zapato es al pie, como la mano es al guante", etc.).

Además, el 30% no manejaba adecuadamente las estructuras morfosintácticas, como los pronombres reflexivos ("se cayó", "se mira"), los pretéritos indefinidos (dije, comí, etc.) o los adverbios interrogativos ("dónde", "cuánto", "qué").

Un fenómeno del que ya se han dado cuenta tanto las educadoras como los expertos, que han notado cómo en los últimos años ha crecido el número de niños a los que les cuesta expresar lo que quieren, no saben responder a una pregunta sencilla o no articulan una frase para pedir algo, sino que sólo dicen una palabra.

"Lo que más se ha perdido es el proceso de elaboración de ideas, manifestación de deseos, como quiero ir al baño, me duele la cabeza o no entiendo; muchos se quedan en silencio, dicen 'al baño', en vez de decir 'quiero ir al baño'", dice Sonia Fuentes, especialista en el área cognitiva y directora del Instituto Internacional para el Desarrollo Cognitivo de la U. Central.

IMPACTO HASTA EN MATEMATICAS
No es un problema menor. "Las investigaciones muestran que en el nivel preescolar se pueden determinar las habilidades de los niños para afrontar con éxito el aprendizaje lector. Este éxito se sustenta -entre otros- en el desarrollo del lenguaje oral", dice Valeria Herrera, experta en educación inicial de la Umce.

Así lo demostró, por ejemplo, un estudio chileno de 2003 que determinó que el reconocimiento de algunos nombres escritos, de al menos 12 letras, y la identificación del fonema inicial de palabras al ingresar a primer año básico, eran variables predictivas del rendimiento lector.

En esta investigación, los autores encontraron que sólo el 28% de los niños tenía un rendimiento suficiente y que el 35% de los que ingresan a primer año, no están en condiciones de iniciar con éxito el aprendizaje lector.

Pero las consecuencias se sienten también sobre el aprendizaje de otros contenidos, como matemáticas. En el trabajo de tesis dirigido por la fonoaudióloga Ana María Torres, en un tercero básico de 34 alumnos, un 26% estaba bajo la norma en el desarrollo del lenguaje, la comprensión auditiva y la asociación visual, mientras que el 55% tenía déficit en habilidades como las analogías.

Además, los niños con bajos resultados en los test lingüísticos, tenían malas notas en matemáticas y en lenguaje. "Para desarrollar las estrategias de aprendizaje, debe existir una base lingüística sólida. En matemáticas, la mayoría de los procesos son abstractos: si le pido al niño 'suma el de arriba y resta el que sigue' y no comprende el significado de 'el de arriba' y 'el que sigue', ese niño se perdió en el problema", dice la fonoaudióloga de la U. de Valparaíso, Denisse Pérez. Y agrega: "el lenguaje -oral y escrito- también condiciona el desarrollo del pensamiento".

Fuente: LaTercera.cl

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